viernes, 21 de octubre de 2011

Noche de reencuentros

Las nubes se han ido, esa humedad que parecía perenne los últimos días, también ha desaparecido. Parecía un buen día para hacer deporte. Mis piernas seguían aún algo doloridas, pero yo soy así, tras dos días parado, necesitaba de mi dosis de ese desahogo diario, hablo del deporte que practico, el footing.

Tenía mi música para correr lo demasiado alta para ahogar todo tipo de pensamientos, lo que no evitó que, por supuesto, surgieran. Le daba vueltas a lo mismo de siempre, a los errores del pasado, a las dificultades que se presentarían en el futuro, etc. Eso sí, me animaba al recibir la brisa sobre mi cara y al sentir los músculos de mis piernas tensarse.

En una de mis internadas hacia una calle que conocía de poco, volví a sentirlo. No era posible, era su aroma. ¿Lo era? Nunca lo supe con certeza. Aquel olor que quedó plasmado en mi memoria tiempo atrás, símbolo de felicidad y esperanza. De pronto me sentí renovado y con fuerzas, el cielo cambió su color a un negro intenso y brillante, como el de aquellas noches mágicas.

Esta vez el camino de regreso fue mucho más alegre.

¡Nos vemos en otra ocasión lectores! Me pareció interesante contarles una de mis anécdotas para variar en esta ocasión. ¡Espero les guste!

No hay comentarios:

Publicar un comentario